En cuatro instancias me ha tocado que alguna cosa me agarre en curva, no soy propenso a llorar, ni me considero una persona altamente sensible. Sin embargo, cuatro creaciones artísticas han logrado que ‘caliente lagrimas’.
Big Fish
Si mal no recuerdo estaba iniciando la preparatoria cuando esta película salió en el cine. Solíamos tener una tradición familiar de ir casi cada semana al cine (en aquel entonces). Nunca fui particularmente fan de Burton (el joven manos de tijera, nightmare before christmas, ed wood, etc.. me daban más o menos igual). En uno de esos fines de semana, nos tocó ir a ver esta película, y hasta el día de hoy, no puedo explicarme que sucedió que en la parte del “Rio”, algo toco fibras sensibles, y creo que ha sido lo más cerca que he estado a llorar en un lugar público. Cuando tuve la oportunidad compre la película en DVD.
Años después la volví a ver, el fenómeno no se repitió (supongo, porque ya sabía lo que se avecinaba, y no hubo factor sorpresa). Una parte de mi sigue deseando recrear ese momento.
Once
Lo que me lleva a 4 años después, a estas alturas ya no existía la tradición de ir al cine cada semana. Eso no detuvo mi costumbre de ver algo nuevo cada semana, a veces incluso más de una cosa nueva. En esos tiempos entraba a foros, y páginas de t***nts (cof-cof), gracias a un camarada tenía acceso a una página “privada” de t***nts , y una de las películas nuevas que había llegado era una película totalmente desconocida (para mi), llamada ONCE, no mire posters, no mire trailer, no mire nada, la baje meramente porque era “lo más nuevo”. La mire en mi desktop (de aquel entonces), en un monitor crt con las luces apagadas.. Casi igual que con Big Fish, toda la secuencia del regalo del piano, no sé porque me llego un buen. Al día de hoy sigue siendo una de mis películas favoritas, por el simple hecho de que la vi a ciegas, y fue una de las mejores sorpresas, y una de las mejores experiencias viendo una película que he tenido. La he vuelto a ver, una decena de veces, ninguna como la primera vez.
Dato curioso (e inútil), me gusto que ‘la pequeña película que pudo’, trascendió lo que sucedió en la pantalla, y se siente como un pequeño dlc cuando tocaron en los oscares (que ganaron por mejor canción original).
The Boy in the Striped Pajamas
Esta película la vi tiempo después que saliera en el cine, la tenía en un USB como “pendiente de ver”, y hace un par de años por fin me di a la tarea de verla . Me considero fan de las películas sobre la segunda guerra mundial (como los baby boomers), sin embargo, esta no es cualquier película sobre la 2a guerra mundial. Cuando vi esta película, fue cuando confirme que efectivamente, no tengo el estómago para ver películas sobre guerra donde el centro de la historia sean niños. ¿Adultos desmembrados o torturados? Ok, ¿niños en un campo de concentración?, no gracias…
Muy en la vena de Grave of the fireflies, a veces olvidamos que hubo más víctimas de la guerra, mas allá de adultos o soldados. Se me olvidaba que no todos tuvimos tortugas ninja, o caballeros del zodiaco para jugar durante la infancia, y es quizá por ese golpe de realidad (y porque es algo que sigue sucediendo en la actualidad), que me conmovió de más la película. Nunca la he vuelto a ver, no lo volvería hacer.
HAMILTON
¿Cómo conseguí boletos para Hamilton?!… no lo hice, ya quisiera. Hace 2 años tuve la oportunidad de ver un bootleg, del musical que se ha convertido en un fenómeno cultural. La obra dura alrededor de 3 horas, las cuales se pasan sin darte cuenta. Quiero creer que en este caso, igual que con la del niño de las pijamas, puedo comprender porque me llego tanto a nivel personal, al grado de que tuvo un efecto muy similar a aquella vez que vi Big Fish en el cine, uno de los tópicos que toca el musical es sobre la ‘terquedad’ (o en ingleis, “being relentless”), no es necesariamente una cualidad (y eso lo sabré), la combinación de ambición, éxito , y el costo de todas estas. Pero sobre todo que es (voy a utilizar un término que al menos yo no uso a la ligera), un ‘tour de force’ sobre el perdonarse uno mismo, de hecho todo el último acto es básicamente sobre aprender a perdonar (probablemente, una de las cosas más difíciles dentro de la condición humana), si viendo una copia me llego, me imagino que vivir la experiencia en vivo, debe multiplicar el sentimiento al doble.
Han pasado dos años desde la única vez que vi el bootleg, hasta el día de hoy sigo escuchando las canciones del musical.
En conclusión: diría que voy invicto, pero no es lo que busco, por mí que todos estos creadores sigan lanzándome sentimientos a través de la pantalla, de las bocinas, o de la tinta, me agrada ser ‘blindsideado’ , o tomado por sorpresa, prefiero 100 veces una película que me haga sentir algo, a una película que es demasiado inteligente para mí y solo me deje confundido porque ‘simbolismos’.
Mención honorifica (son videojuegos): Bioshock Infinite , hasta el día de hoy es uno de los finales que más me gusta porque lo que me gusta interpretar de él, es una especie de nihilismo de los videojuegos donde el circulo siempre es el mismo, le podrán poner otros nombres, pero siempre hay un héroe, una princesa, y una torre, y que hagas lo que hagas, el ciclo solo se va repetir.
El gran ausente es Evangelion, porque evangelion (y la matrix), están en su propia categoría, el día que vuelva a grabar solo prometo platicar la anécdota de la matrix, ahí sabrán que representa Evangelion para mí.
En fin, los dejo, hasta la próxima.
Cru Cru Cru —- Adios!
🌮